Hace poco que he entrado en el mundo de las letras. Hace muy
poco tiempo que me crucé con un sueño que ni sabía que tenía.
Lógicamente, me encuentro en el estado embrionario del camino de un escritor y uno de los primeros pasos que di, aparte de empezar a escribir, fue conocer gente afín. Necesitaba ver las partes de este mundo que no se dejaban ver, escuchar lo que no se expresaba con palabras y ver más allá de lo que se enseñaba.
Lógicamente, me encuentro en el estado embrionario del camino de un escritor y uno de los primeros pasos que di, aparte de empezar a escribir, fue conocer gente afín. Necesitaba ver las partes de este mundo que no se dejaban ver, escuchar lo que no se expresaba con palabras y ver más allá de lo que se enseñaba.
En realidad siempre fui una pobre soñadora en busca de la
verdad verdadera, pero en este caso lo que más me importaba era aprender.
Lo hice con la esperanza de que esto me ayudara a ver la trayectoria que debía tomar, si existía un camino hacia adelante.
Y hasta ahora he aprendido una sola cosa: que es un mundo muy confuso. Me corrijo: dos; no existe verdad verdadera, cada uno tiene la suya y la mantiene con más fuerza que un bulldog a su hueso preferido.
Las opiniones discrepan tanto que una pobre persona con personalidad fácilmente manejable, un día despierta escritor y el siguiente soñador.
Hay dos corrientes que destacan en el mundo de la escritura:
Lo hice con la esperanza de que esto me ayudara a ver la trayectoria que debía tomar, si existía un camino hacia adelante.
Y hasta ahora he aprendido una sola cosa: que es un mundo muy confuso. Me corrijo: dos; no existe verdad verdadera, cada uno tiene la suya y la mantiene con más fuerza que un bulldog a su hueso preferido.
Las opiniones discrepan tanto que una pobre persona con personalidad fácilmente manejable, un día despierta escritor y el siguiente soñador.
Hay dos corrientes que destacan en el mundo de la escritura:
1.
La primera favorece la idea que el escritor
es únicamente aquel que ha conseguido escribir una obra que resistirá el paso
del tiempo.
Sus frases son el apoyo de los débiles y llenarán los muros
del Facebook por años. Maneja la metáfora como lo hace un cirujano con el
bisturí y los temas que trata hacen estallar las emociones de los lectores. Y, claro,
condición aparte, ha conseguido que sus escritos manchen el papel bajo un sello
editorial de prestigio.
2.
De la segunda forman parte las personas
corrientes que simplemente se conforman con escribir.
Una carta de amor, una poesía, un relato, unos pensamientos
que necesitan desahogar. Lo hace con su estilo, lo hace como puede, lo hace LO
MEJOR que puede.No obstante, no suficientemente bien conforme con los cánones literarios.
Le gusta escribir, invierte su tiempo en mejorar, sueña con
la idea de que otras personas encuentren sus palabras y las reconozcan como
amigas. Aprende cada día y cada día aprende que hay otros mejores que él.
¿Quién no se ha quedado embobado con algunas frases? Quién no
ha exclamado ante unas palabras: ¡cuánta razón! Cuantas veces un soñador ha
quedado mudo de admiración ante un escrito, deseando dar cara con la inspiración
y conseguir lo mismo un día… El día que pudiera llamarse a él mismo escritor.
¿Dónde está la verdad? Esa es la cuestión.
La verdad está en el corazón de cada uno y en la grandeza de sus “pelotas”.
¿Por qué este conjunto? Pues en su corazón cada uno sabe si se puede llamar escritor. Lo siente, lo vive, se pone a prueba a sí mismo cada instante en el que está buscando la “palabra perfecta”.
El problema nace de la necesitad de etiquetarse delante de los demás. Porque entonces aparecen las dudas: escribo, pero ¿soy escritor? ¿Cómo puedo afirmarlo si mis palabras gustan a algunos pero no a otros? ¿Cómo puedo decirlo si no he publicado nada? ¿Cómo puedo tener la certeza y llamarme a mí mismo escritor cuando, sin importar lo que me esfuerzo, parece que no encuentro las palabras perfectas?
Y me permito concretar y dar luz a mi verdad.
Nada ni nadie te hace escritor. Ningún taller, ninguna apreciación que halaga tus escritos, ningún grupo de amigos encantados con tus obras, ninguna editorial que acepta a publicarte.
Así como nada ni nadie puede quitarte la insignia de escritor: ni la reprobación de la gente, ni las invectivas mal intencionadas, los comentarios gratuitos, y tampoco los golpes bajos.
La literatura tiene tantas facetas como un diamante de primera clase. Las primeras están ocupadas por los escritores profesionales, pero siempre habrá lugar para los soñadores que esperaran su transformación como una oruga aguarda a que le crezcan las alas.
Porque cada escrito encontrará un lector amigo.
Como lo demuestra la entrada, hoy desperté escritora. A pesar de que muchos quisieran contradecirme. Mañana… no lo sé.
¿Y tú que eres? ¿Escritor o soñador?
Sea como sea, no olvides las palabras de Richard Bach: "Un escritor profesional es un amateur que no se rinde."
PD: Yo leo soñador en lugar de amateur ;)
¿Dónde está la verdad? Esa es la cuestión.
La verdad está en el corazón de cada uno y en la grandeza de sus “pelotas”.
¿Por qué este conjunto? Pues en su corazón cada uno sabe si se puede llamar escritor. Lo siente, lo vive, se pone a prueba a sí mismo cada instante en el que está buscando la “palabra perfecta”.
El problema nace de la necesitad de etiquetarse delante de los demás. Porque entonces aparecen las dudas: escribo, pero ¿soy escritor? ¿Cómo puedo afirmarlo si mis palabras gustan a algunos pero no a otros? ¿Cómo puedo decirlo si no he publicado nada? ¿Cómo puedo tener la certeza y llamarme a mí mismo escritor cuando, sin importar lo que me esfuerzo, parece que no encuentro las palabras perfectas?
Y me permito concretar y dar luz a mi verdad.
Nada ni nadie te hace escritor. Ningún taller, ninguna apreciación que halaga tus escritos, ningún grupo de amigos encantados con tus obras, ninguna editorial que acepta a publicarte.
Así como nada ni nadie puede quitarte la insignia de escritor: ni la reprobación de la gente, ni las invectivas mal intencionadas, los comentarios gratuitos, y tampoco los golpes bajos.
La literatura tiene tantas facetas como un diamante de primera clase. Las primeras están ocupadas por los escritores profesionales, pero siempre habrá lugar para los soñadores que esperaran su transformación como una oruga aguarda a que le crezcan las alas.
Porque cada escrito encontrará un lector amigo.
Como lo demuestra la entrada, hoy desperté escritora. A pesar de que muchos quisieran contradecirme. Mañana… no lo sé.
¿Y tú que eres? ¿Escritor o soñador?
Sea como sea, no olvides las palabras de Richard Bach: "Un escritor profesional es un amateur que no se rinde."
PD: Yo leo soñador en lugar de amateur ;)
13 comentarios:
Creo que soy una escritora soñadora que sueña con escribir sin dejar de soñar mientras escribo. Ser escritora, como tú bien dices, no es sólo el hecho de tener publicado uno o varios libros. Es no dormir para dejar las palabras que fluyan a través de la imaginación. Ser escritora es alimentarse de historias que se tejen en la mente y se intentan dejar, unas veces mejor y otras peor, reflejadas en una obra, corta, larga, triste, romántica, humorística... Ser escritora es desear con todas tus fuerzas que quien te lea sienta lo que has escrito. Con tus obras tú lo has logrado conmigo. Así que, para mí, tú eres escritora.
Me he sentido identificada contigo en esta entrada.
En mi opinión, me es imposible pensar en un escritor que no sea un soñador por excelencia. Si no hay sueños que transformen tu pasión en palabras, difícil lo veo. En mi caso, es lo que siento.
¡Un abrazo, Haimi!
Bueno, para mi, el ser escritor no es una cuestión de si has sido publicado o no. Ser escritor es algo que se lleva dentro y en mi caso concreto, desde siempre. No lo descubrí un día para otro. Y el día que publique no me sentiré ni más ni menos, sólo seré algo más feliz porque mis historias y lo que mi imaginación ha ideado, llegue a más gente.
En cuanto a la opinión de otros escritores, opino que no hay que dejarse llevar demasiado porque en la mayoría de los casos, esta opinión no es objetiva. Me he encontrado casos, en que se me han indicado cosas que hacía mal y aunque es verdad que en ocasiones me han ayudado a darme cuenta de mis errores, también lo es, que al final he aprendido de la única manera que para mí es posible: siendo muy critica conmigo misma. Porque no olvidemos que aquí todos somos principiantes, y en mayor o menor grado, todos los cometemos.
A mi me gusta escribir lo que siento. Creo que uso la escritura como un medio para descargar todas las cosas que quiero decir, pero no puedo. Soy muy soñadora, siempre lo fui, y espero serlo siempre. Me encanto tu nota :)
Besos.
Pau.
Pues tus palabras seguramente hacen que me sintiera escritora. Muchas gracias, Asia. Besos
Cierto, Marta. Nunca lo pensé de ese modo. Un escritor es un "soñador por excelencia". Gracias por tu granito de arena. Besos
Exactamente ese tipo de opiniones me hacen a mí dudar. Gracias por señalarme tu punto de vista, Mercedes. Me aclara muchas cosas. Besos
Tienes razón, Paula. Escribir se traduce en desahogar emociones y sentimientos. Un abrazo, gracias por comentar.
Me encanto la frase final de que un escritor profesional es un amateur que no se rinde, muy inspirador ;)
¡Hola! Soy Noelia, del blog Los Pequeños Detalles y estamos en la misma familia blogger :) así que me verás por aquí estos días.
Besos
Hola! Soy Airi, del blog Un Mundo de Soñadores, y somos de la misma familia blogger :)
Un beso! Nos leemos
Airi
Que entrada más liinda :)
Y que bonito que penses así, son exactamente ese tipo de personas las que se necesitan hoy en día, que hagan las cosas que les gusta precisamente por eso, porque les gusta y no simplemente por tener el reconocimiento de alguien...
P.D.:Somos familiares!!!! :D
Hola,me presento soy joselin Gricillark del blog Entre letras y páginas y soy parte de tu familia blogger
ya te sigo y me llevo el banner
te dejo el link de la entrada :D
http://entreletraspaginas.blogspot.mx/2013/10/familias-blogger-y-triada-de-blogs.html
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