Cuando más significa demasiado

Todos sabemos que para gustos, los colores.

Así que esta entrada significa únicamente mi opinión personal que puede no coincidir con la vuestra. Incluye varias novelas de las cuales tenía expectativas pero que acabaron por no convencerme.                                                                           

“Calle Dublín” – Samanta Young

Aún no entiendo qué me pasó con esta novela y porque mi opinión difiere tanto del resto de los lectores. Porque hasta ahora no vi una sola reseña que no la levantara hasta las nubes. Pues no me gustó y no la acabé. Aparte de unos toques humorísticos, no le encontré nada interesante. Las reacciones de la protagonista me parecieron exageradas, y aunque el protagonista estuvo bastante bien construido, no logró enamorarme. Por no hablar del tono de la narración que me mareó: algunas escenas eran tan descriptivas que bostezaba y otras tan vagas y limitadas que me preguntaba qué me había perdido o si faltaban páginas. No, no me convenció.

“La espada de la oscuridad” — Kinley MacGregor,

primer libro de la serie “Los señores de Avalon”

Normalmente me encantan las novelas de Kinley que es el seudónimo de Sherrilyn Kenyon, una de mis escritoras favoritas.

No obstante, con ésta me parece que se ha pasado de la raya. Me encantó la idea inicial, pero a medida que avanzaba se me hacía muy difícil concentrarme. Quiero decir, la receta era buena: fantasía, más fantasía,  repetir, caballero muy malo-bueno, chica que sabe ver por encima de las apariencias, unas gárgolas de réplicas inteligentes, pero… Me parece que añadió ingredientes de sobra. No sé si me explico: como cuando en tu comida favorita se te ha escapado el frasco de sal. La acabé, pero no continué la serie.

                                                                                                          

“Hijo del fuego” —Sherrilyn Kenyon, segundo libro de “La liga”.

Una de mis autoras preferidas, sus “Cazadores” me engancharon totalmente y eso me impulsó a buscar otras novelas suyas. Leí el primeo de esta serie que no se acercó a los Cazadores, pero seguí con la saga y no os imagináis mi cara de asombro cuando entendí que no era una continuación y ni se acercaba mucho a los eventos empezados con la primera novela. Pasé por encima de la sorpresa y la perdoné porque “Hijo del fuego” empezó tan bien que mi posible futuro como escritora publicada se esfumó bajo el golpe de la realidad. “Jamás conseguiré escribir así”, me decía mientras leía. Luego empecé a marearme y la acabé con dificultad. El protagonista es un supuesto asesino, uno de los más peligrosos, pero al mismo tiempo un genio informático, inventor de robots y diplomado en medicina ni más ni menos que cirujano. Y eso que hace poco había cumplido los treinta y hasta los quince años estuvo en una cárcel. Y la protagonista una mujer que tiene más fuerza física que un luchador de wrestling  y menos de un neurona. Me quedé muy, pero muy decepcionada.

“50 sombras de Grey” — E.L. James

No podría faltar la trilogía de “50 sombras” en esta entrada. Lo que me parece raro es que el año pasado cuando yo leía una frase por semana esperando a que me enganchara, no encontraba ninguna reseña mala de este libro y ahora veo más que de las buenas. La primera parte es la única que acabé con mucha dificultad y seguramente batí mi récord personal de leer una novela: !!!tres meses!!! Es verdad que no soy mucho de literatura erótica, pero tampoco la descarto. No obstante, me gustaría hacer una comparación entre Anastasia Steele y la protagonista de “Beutifull bastard” Chloe Mills con la cual disfruté al máximo.  Francamente, “50 sombras” me dio vergüenza pensando que en realidad existen mujeres con esta personalidad y me enseñó cómo no construir un personaje femenino.                                                                                                                    

“Hopeless” — Colleen Hoover

¡No gritéis! Añado "Hopeless" en esta entrada para no hacerle una reseña. Admito que no es un libro malo, de hecho es bastante bueno. Pero al acabarlo, tampoco solté aquel “Wow” o cualquier tipo de suspiro satisfecho. Me encantó y me enganchó la primera parte de la novela. Los personajes son de los que enamoran y me refiero a los dos, tanto él como ella. Y llegamos a la mitad final y aquí las cosas empiezan a roncar. La trama de la novela es una muy seria, no me meto en esto, totalmente compresible, y debo reconocer que muy bien desarrollada. Sin embargo, mirando en totalidad, no es lo que espero yo de una novela romántica y creo que es el primer libro que no me impresiona aunque tuviera final feliz. La explicación es sencilla: me aburrí de tantas lágrimas. Los pensamientos de la protagonista se me hicieron interminables, ocupando la mayoría de esta segunda parte. Opinión de lectora no cualificada para hacer críticas: la autora se pasó e insistió demasiado en el tema. Como si hubiera encontrado un pozo sin fondo lleno de joyas y estuvo pensando: vamos a sacar más y más, porque sólo puede servirnos. Pues no estoy de acuerdo. Más significa demasiado, en este caso.

Me despido con un pequeño pero importante detalle: sé lo que cuesta escribir una novela, y tengo respeto por toda autora o cualquier persona que lo intenta. Y me doy cuenta que no se puede escribir para el gusto de todos. Nos quedamos solamente con el intento.