Hay
varias palabras que al leerlas en la sinopsis de una novela, título,
descripción, etc, cierro los ojos y me hago la ciega. Descarto la novela en
cuestión, sin darle una segunda oportunidad. Es malo, lo sé, pero creo que cada
lector viene con sus fetichismos a la hora de leer. Empecemos:
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Millonario
Vamos
que se hicieron tantas novelas con millonarios que parece que crezcan cada
primavera, como las flores. Chicas lectoras, los millonarios casi no existen.
Bueno quizá sí, en el top de la revista Forbes, pero como podéis notar ninguno
es guapo, (moreno, musculoso, ni hablar de miradas que te atraviesan hasta lo
más hondo del alma; por el contrario sus ojos están apagados y con ojeras por
el horario imposible de trabajo, indispensable para mantener sus millones;) Aunque
fuera irresistible, las oportunidades de
toparte con uno y encima lograr que se enamorase de ti son nulas. A todas nos
encantan las historias de amor, cuanto más imposibles mejor, pero me parece que
la historia "el millonario y yo" debería entrar en el género fantasía utópica.
Conclusión:
Tengo metas altas, pero no me acerco a las novelas en que el protagonista es un
millonario.
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El profesor
Me
estremezco cuando escucho estas palabras y creo que mi fobia viene de Wattpad y
los sugerentes títulos: “mi tío y yo” “mi maestro y yo” “mi ídolo y yo”, etc. Mira
alrededor. ¿No te gusta tu vecino? ¿El chico de la gasolinera? ¿El compañero de
clase que casi ni puede mirarte sin ruborizarse? ¿Por qué debes ir con la
fantasía tan lejos que llega a parecer enfermiza? Relaciones con personas mucho
más maduras existen. En la mayoría de los casos acaban mal, pero hay
excepciones. Lo que intento decir es que deberías buscar a una persona que te
aprecie, que te entienda, que te respete. A la edad peligrosa de la adolescencia
es fácil enamorarse de un hombre maduro, pero lo que atrae es su aura de poder
y “losabetodo”, no él, como persona.
Conclusión: Libros
en que se desarrolla el tema de la diferencia de la edad y el amor en el mismo
argumento, no me llaman. Y si se trata de profesores, huyo despavorida.
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Chica normal y corriente
En
serio, ahora. Todas somos corrientes, todo el mundo es corriente. Las más
hermosas modelos pasan por horas de maquillaje y una buena sesión de Photoshop
antes de lucir como un ángel caído del cielo. Aquí se trata de perspectiva, de
hormonas, de atracción química y un millón de razones que no tengo la
especialidad necesaria para explicar. Lo que quiero decir que el azul de unos
ojos a mi puede no decirme nada y para otra persona sea un color que jamás haya
visto. Cada persona encuentra otra en los ojos de la cual va a verse hermosa. “Chica
corriente” es un tópico usado hasta la saturación y el síndrome del “patito
feo” que tratan muchas novelas es posible que haga víctimas entre las
chichillas tímidas que quedan al final del libro con la idea de que el amor de
un príncipe de sangre azul (preferiblemente) hará de ellas princesas. Nop.
Equivocada. Naciste princesa y tu actitud frente al mundo te hace reina.
Conclusión:
Me mantengo alejada de este tipo de historias, simplemente porque a pesar de
que no soy el tipo de persona violenta, me da ganas de pegar a las
protagonistas que se pasean con la cabeza gacha tres cuartos de novela.
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Chico malo
No tengo nada en su contra, lo añado porque noté que es lo que más
se busca en las entradas de nuestro blog. Sin embargo, esta situación es muy
parecida a la de arriba. Soy la primera en reconocer que me gustan los asuntos
difíciles y que un hombre que junte todas las cualidades necesarias para
hacerlo perfecto, me resultaría aburrido y no me interesaría conocerlo. También
soy parte del grupo de los creyentes en alfa y omega, yin y yang, etc, es
decir, creo que cada uno tenemos una parte buena y otra mala. Nuestro
comportamiento depende de nuestro interlocutor, de qué lado de la almohada te
despertaste, de si te tomaste el café frío, o yo qué sé… a lo mejor simplemente
de haberte pillado en un momento en que te apetece joder el día de otro para
mejorar el tuyo. Para concluir, “chico malo” queda en empate porque las
etiquetas de “chico malo” y “chico bueno” son falsas, ya que cada uno tiene una
costilla del otro. Aparte de eso, es muy difícil hacer atractivo a un chico
bueno.
Si te abre la puerta, mira contigo las películas románticas, te acompaña
de compras (¡qué horror!) y te declara sus sentimientos después de la primera
cita, ¿dónde quedan la emoción de las miradas furtivas, la adrenalina de la
lucha por conseguir algo que parece imposible y la satisfacción de haberlo
logrado?
Conclusión: me apunto a leer cualquier novela que tiene como
protagonista a un chico malo, con la condición de que no le falte el respeto a
la mujer (¡eso es un crimen no un defecto!).
Para
acabar el parloteo, personalmente prefiero entrar en un mundo fantástico e
imaginarme a un atractivo elfo, un gruñón hombre lobo, un irresistible vampiro,
acepto incluso varios tipos de alienígenas no azules. Cualquier cosa para huir
de la realidad.
Eso
sí, después de treinta y algo de años, me convencí de que NO soy una chica
corriente.
En
relación con la literatura, ¿de qué tópico huyes tú?