Un ensayo sobre el estrés de los ambiciosos
Y es que el estilo de vida actual ya no cabe en 24 horas. Para
comenzar, la perspectiva de vivir hasta los 80 años ha cambiado las reglas del
juego. Debemos alimentarnos de forma sana y variada. Lo que requiere mantener
la tradición de nuestras abuelas, que se
dedicaban a ello y a falta de otro oficio, llevar una casa y preparar el menú
de toda la semana era su único deber. Esa ocupación, lejos de ser un mero pasatiempo, les tomaba
más horas que una jornada laboral regular; además de ser un trabajo sin fines
de semana, pues la familia come todos los días, incluidos los festivos.
Año 2013: Pretendemos lograr lo mismo que nuestras heroicas abuelas,
manteniendo el hogar en un estado habitable y no abusar de la traicionera comida
rápida; y todo ello compaginado con un trabajo que se lleva mínimo 40 horas
semanales, sin incluir lo que nos toma ir y volver de este.
Pero la cosa no se queda aquí, llega la recesión del 2008 y la
inestabilidad laboral nos arrastra al punto de renovarnos o morir. Desesperados
por sobrevivir, buscamos superar a nuestros competidores en estudios e idiomas.
Nos convertimos en amas de casa, trabajadoras y estudiantes, todo ello al mismo
tiempo.
No obstante, comprimir tres vidas en una sola, no es el único reto al
que nos enfrentamos en la actualidad. También, las reglas sociales han cambiado, y
mientras que a nuestros abuelos los mantuvo unidos la tradición, la religión y
ese tácito intercambio de servicios llamado matrimonio; mi generación va a
tener que espabilar para mantener a su pareja por méritos propios. Y para ello
el gimnasio, el esfuerzo, y unas pocas actividades compartidas van a tener que
incorporarse en ese ya desbordado horario.
¿Cómo organizarse con este panorama? Hay quién me asegura que debo
priorizar y renunciar a algunos de mis objetivos. El problema surge cuando
nuestra ambición no nos permite decidir que faceta sacrificar y al final, el
estrés y una mala gestión del tiempo acaban por mermar nuestra capacidad de
afrontar el día.
En mi opinión, y aun continúo en pleno aprendizaje sobre esta materia,
no hay que renunciar a nada, sino que mantener una actitud realista en cuanto a
las actividades que nos proponemos a hacer y el tiempo con el que contamos para
desempeñarlas. No debemos caer en el error de fijarnos demasiados objetivos en
un día. Porque al final de éste, cuando no hayamos logrado la consecución de
todos ellos, nos iremos a la cama con el sabor amargo del fracaso. Y no hay
nada más contraproducente que un cerebro estresado y un alma golpeada por la
censura interior.
Si en cambio, nos proponemos unas metas alcanzables, aunque menos
ambiciosas, lograremos cumplir esos objetivos de manera más eficiente y
disfrutando, a la vez, de lo que hacemos. Sin olvidar nunca, parar por un instante
a felicitarnos por todo el camino andado.
Beca Vie
P.D__ ¿Y si eres escritor pero aun no vives de ello? ¿Cuando me leo yo esa lista de libros a la que le tengo ganas?¿Cuando escribo yo, todas esas historias que componen mi extraño cerebro de escritora?
2 comentarios:
"Si en cambio, nos proponemos unas metas alcanzables, aunque menos ambiciosas, lograremos cumplir esos obj...."
yo lo hice cmabie de objetivos por unos mas alcanzables...resultado?? sigo igual, algunos se han cumplido otros no, soy mas feliz? no creo
no hay que renunciar a los sueños por ser inalcanzables, o cambiarlos por algo mas alcanzable...hay que luchar por lo que uno cree que merece la pena, hasta la muerte. al menos te iras con el sabor de boca de que hicistes lo imposible y no con que decidistes abandonar
jajaja, estoy demasiado metaforica, sera uno de esos dias del mes :*
por lo demas estoy contigo, nos falta horas para hacerlo todo, con la idea de la igualacion de la mujer nos malvendieron la moto, por mucho que queramos ser iguales al hombre no lo somos, opino que hemos perdido una de las mas grandes cosas que teniamos cuando eramos amas de casa, el poder cuidar de nuestros hijos hasta entrada la adolescencia. ahora estamos obligadas a trabajar cuando nuestro hijo cuenta poco mas de medio año de vida, y su educacion la realizan las guarderias, etc etc
antes el que trabajase el hombre, bastaba para mantener a la familia, ahora es imposible mantener a la familia sin que los dos trabajen
de pequeña mi padre trabajo y mucho, solo lo veiamos como una persona lejana que la veiamos al mediodia y de noche unas pocas horillas, y era el progenitor que nos reñia
mi madre ese progenitor con el que estabamos siempre, nuestra mami
con esto no quiero decir que la mujer cuando mejor esta es en casa con la pata quebrada, dios me libre no es eso
es que odio que nos hayan obligado a trabajar si o si, sin poder decidir si quiero dejar de trabajar para cuidar a los niños
espero haberme explicado bien jejeej
como lei en un articulo todo empezo con la invencion de la nevera, ya no era necesario que la mujer fuera al mercado cada dia a comprar...
uff mejor lo dejo aqui que me voy a adentrar en la comida basura que no caduca jajaja
besos
Jajaja Cierto, mejor no empezar con la comida basura, porque miedo me da el futuro que le esperan a las siguientes generaciones con este panorama. En cuanto a que la mujer se quede en casa, en mi opinión es un gran riesgo. La faltata de autofinanciación te deja a merced del sujeto con el que te hayas casado. Por su puesto la que lo deseé que lo haga, pero hay un gran grupo de mujeres a las que esa no les vale. Lo que sí creo es que el mundo empresarial debería reconfigurarse ahora que las mujeres también trabajan. Por muy extendido que esté, trabajar 40 horas semanales y 5 días a la semana, me sigue pareciéndo una aberración. Debería reducirse a 3 días y así no habría paro...lo sé, lo sé...porbablemente os parecerá un disparate utópico lo que acabo de decir; pero lo mismo hubieran pensado los obreros pre-Revolución Francesa si les hubiesemos planteado ideas como vacaciones y días de asuntos propios. Muchas gracias por leer y comentar. ¡Un abrazo!
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